Por estos días de junio, el repaso histórico refuerza el sentir del corazón bellvillense en su vínculo con el fútbol. El calendario señala y recuerda que desde las entrañas mismas de nuestra ciudad, hubo protagonistas que forjaron grandes acontecimientos que relacionan directamente a Bell Ville con el patrimonio futbolístico internacional.
Su designación el 21 de junio de 2017 como Capital Nacional de la Pelota de Fútbol por el Honorable Congreso de la Nación, fue un acto de justicia y reconocimiento hacia el invento de la pelota de fútbol moderna, sin tiento y con costura invisible, realizado en 1931 por los bellvillenses Luis Polo, Antonio Tossolini y Juan Valbonesi, con el valor de tomar una trascendencia mundial que nunca se perdería y en vigencia hasta la actualidad.
Definitivamente, con la invención bellvillense, jamás superada, hay un antes y un después en la historia del fútbol del mundo, contribuyendo a proporcionarle al más popular de los deportes una dinámica, un brillo, un progreso y una difusión que se extendió por todo el planeta.
A este legado que enorgullece, se suma que un 25 de junio de 1978 la Selección Argentina obtenía su primera estrella como campeona del mundo, teniendo como actor decisivo a nuestro Mario Alberto Kempes con la icónica camiseta número diez albiceleste.
Con su zurda virtuosa, potencia arrolladora y el potrero bellvillense a flor de piel, “Marito” contribuyó de manera significativa a una celebración colectiva que dejó una marca eterna en cada rincón de nuestro país como también en las calles de Bell Ville, además de quedar consagrado como el mejor futbolista y goleador del Mundial, adueñándose así del Balón de Oro y el Botín de Oro, para transformarse desde aquel domingo glorioso en una leyenda que todavía en la actualidad genera respeto, provoca admiración e inspira a las nuevas generaciones de futbolistas, siendo recibido con todos los honores en las grandes citas a la que asiste como invitado especial de la FIFA.
